13.9.15

Manute Bol, un gigante fuera de la cancha (II)

"Tengo un plan: Construir escuelas para todos los niños de Sudán, sean de la religión que sean. Es lo mejor que puedo hacer por mi gente"


   Él, que salió de su aldea siendo analfabeto, entendió el valor de la educación para conseguir la reconciliación del país pese ha haber sido arrestado por el gobierno de Sudán al negarse a convertirse al islam. Estuvo tres años en arresto domiciliario, hasta que el gobierno americano consiguió sacarlo como refugiado a través de Egipto.
  Al regresar a EEUU dedicó sus esfuerzos a conseguir financiación para la construcción de las escuelas. Empezó a recaudar fondos a través de peleas de boxeo con su propio cuerpo como reclamo, a promocionarse gracias a su imagen y a lo querido que siempre fue por los seguidores del básquet. Siempre que tuvo un objetivo se dedicó al cien por cien en conseguir que se cumpliera.
   Desde Sudan Sunrise continúan construyendo escuelas, aunque él no tuvo tiempo de cortar la cinta inaugural de ninguna de ellas. 




"O lo hago ahora o no lo haré nunca"


   Esta fue la respuesta que dio a su hija tras pedirle ésta que Manute regresara a los EEUU debido a una salud precaria que sufría un gran deterioro estando en Nairobi. 
    Pero este era el convencimiento de Manute Bol, y su decisión fue ayudar al máximo estando presente en su país en el acuerdo de paz que surgió tras el fin de una larga guerra. Luego habría un referéndum que convertiría a Sudán de Sur en un país independiente. Él sabía que su presencia era necesaria allí, y solamente regresó a su casa en Virginia cuando ya era demasiado tarde para recuperarse. Pero murió tranquilo, "haciendo lo que tenía que hacer" en cada momento de su vida. Y lo hizo habiendo superado las expectativas de los demás, rompiendo unos límites que resultaban abrumadores para la mayoría, pero que no lo fueron para Bol, que era un convencido de sí mismo por naturaleza, alguien que con tesón y trabajo constante logró sus metas.





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