15.10.15

Al pueblo

   El viaje al pueblo de los veranos ha cambiado mucho desde entonces. Ya no estamos los mismos, el pueblo ha engordado, las vacaciones son más cortas. Y también ha cambiado la carretera. En nuestro caso mis padres eran tan madrugadores que nos subían en el coche a las tres de la madrugada y amanecíamos en Cazorla con las primeras luces de la sierra.
   Pero no siempre era así, y cuando salíamos más tarde o más pronto (según se mire)  podía contemplar imágenes que han quedado grabadas en mi memoria, que a día de hoy no me parecen gran cosa tal vez, pero que en su día significaban el inicio o el final de los idílicos veranos en el pueblo.




La antigua nacional 340 pasaba por dentro de pueblos como Alcantarilla, donde se encuentra la fábrica Hero y la Noria de agua. La N-340 es nuestra española Route 66, la carretera más larga del país.


   En aquellos años pre-autovía hacer un viaje al pueblo era bastante más arduo y sudoroso de lo que lo es hoy. Falta de aire acondicionado, carreteras que cruzaban pueblos, y pueblos cruzados por camiones. Por eso había que madrugar, y conocer los mejores bares de carretera, que eran, como todo el mundo sabe los que tenían el parking copado de camiones. 



   Antes de dormirme pedía a mis padres que me despertaran al pasar por Alhama de Murcia, pues allí estaba y está la mítica fábrica de El Pozo. En los ochenta había un anuncio en TVE en el que salía la fábrica, y pasar por allí era para mí un contacto con el mundo de la televisión. Al regresar a casa y ver de nuevo el anuncio me sentía orgullosa de haber pasado por la puerta. 


Y en un viaje tan largo no podía faltar la parada en la Venta del Ángel, en Cúllar de Baza. Los bocadillos eran espectaculares, de auténtico pan de pueblo hecho a leña. Y el cassette de Los Chichos o de Nana Mouskouri junto a la puerta de entrada




   Y lo que no nos quitaba nadie era el impertérrito puerto de Tíscar, con sus mil curvas y mareos 
subsiguientes antes de llegar a nuestra tierra prometida.



   

5.10.15

Falacia fértil, creencia limitante

   
  En economía George Soros introdujo el término "falacia fértil" para referirse a las creencias que tienen un fondo de falsedad argumental pero que están asumidas por todos como una gran verdad. También explica que se puede sacar beneficio de esta situación en la que una mayoría está equivocada. 
   Claro, habla de economía, pero podrían buscarse similitudes con la vida en general, en sus diferentes aspectos. Dice en su libro La crisis del capitalismo global (1998): "Me he animado a buscar los fallos en todas las situaciones, y cuando los he encontrado, a aprovechar la idea. En mis tratos financieros, el descubrimiento del error ha supuesto una oportunidad para obtener beneficios".

   Desde Listos para Despegue hablamos mucho de "creencias limitantes", que son aquellas que no nos permiten alcanzar nuestro máximo potencial como personas porque nos dominan, a través de miedos, de situaciones mal aprendidas que repetimos una y otra vez... nos limitan a través de nuestras ideas, que quedan coartadas de libertad. 
   En mis próximas ponencias voy a dar claves para darle la vuelta a la situación, y que lo que antes ha sido una creencia limitante que nos ha traído problemas se convierta en una solución de éxito. 






FOTOS DE S. RAMÓN EN LA FINCA "SOTO DE CERROLÉN", MADRID